El art. 97 de nuestro código civil establece la obligación de pagar una pensión compensatoria al momento de la separación o el divorcio, a favor del cónyuge a quien esa ruptura convivencial le hubiese producido un desequilibrio económico en relación a la situación disfrutada durante el matrimonio.
Cuando se establece o pacta dicha pensión puede determinarse su pago de forma temporal o con carácter indefinido.
Por otra parte el art. 101 de este mismo código civil nos indica que este derecho a percibir la pensión se extingue por el cese de la causa que lo motivó y, por tanto, en caso de que se corrija, por cualquier causa, tal desequilibrio, por ejemplo, al mejorar la capacidad económica ese cónyuge beneficiado, y también cesará la obligación por contraer este cónyuge beneficiado nueve matrimonio o convivir maritalmente con otra persona.
El problema práctico en estos casos nos viene por la dificultad que tiene el obligado al pago para conocer el hecho de la celebración de ese nuevo matrimonio o el inicio de esa convivencia análoga a la matrimonial.
Consecuencia de dicha dificultad, en la práctica suele ocurrir con mucha frecuencia que el progenitor obligado, ignorando esa circunstancia, puede continuar pagando indebidamente la pensión durante mucho tiempo, y el perceptor estar, consecuentemente, beneficiándose indebidamente con ello.
En la reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 23 de enero de 2020, se analiza un supuesto en que así ocurrió y en el que finalmente se ha resuelto extinguir la pensión compensatoria y condenar a devolver el importe de todas las pensiones compensatorias indebidamente percibidas desde el inicio de la relación de convivencia análoga a la matrimonial.
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